domingo, 8 de noviembre de 2009

La Foto (de Maxi Carrasco García)

Disponía de media hora, antes de que subiera Diego con los niños del parque para ver tranquilamente las fotos de las vacaciones. Raquel se sentó en el sofá del salón con un suspiro, se descalzó y estiró los pies sobre la mesa.

Llevaba toda la tarde recogiendo las maletas y por fin podía reposar un rato. – Veamos – dijo bostezando y comenzó a pasar lentamente las fotos rememorando cada uno de los buenos momentos de las vacaciones.

Le encantaba tener fotos de los lugares que visitaba de vacaciones, pero no le gustaba mucho salir en ellas. Siempre se veía poco natural o mas gorda de la cuenta. Sin embargo sus hijos y su marido siempre salían fantásticos, por lo menos eso le parecía a ella.

Cogió entre sus manos una foto en la que aparecía ella misma sonriendo junto a un hombre alto, delgado, moreno, muy pálido con un rostro serio completamente fuera de lugar al lado de ella, vestido de una manera muy formal y elegante, aunque un poco arcaica. No recordaba haber hecho esa foto. La apartó para preguntarle a Diego si él se daba cuenta de cuando habían tomado esa foto. Se sentía un poco inquieta sin saber muy bien por qué. Tenía la sensación de que el hombre la observaba.

¡Qué tonta soy! – Pensó. Sin embargo fue a darle la vuelta a la foto para no tener que verla y en ese mismo instante, justo en el momento en que terminaba de volverla, por el rabillo del ojo le pareció que el hombre de la foto movía las manos. Le dio un vuelco el corazón al mismo tiempo que se le ponían de punta los pelos de la nuca. De repente tenía unas ganas inmensas de que Diego volviera con los niños.

Raquel continuo pasando fotos, intentando concentrarse en los momentos mas agradables de las vacaciones, pero su mirada se desviaba continuamente hacia la foto vuelta que había dejado encima de la mesa del salón. La foto le producía una sensación de inquietud que le impedía disfrutar adecuadamente de su momento de descanso.

- Ya soy una persona adulta - se dijo a si misma, aunque no le sirvió de mucho. Haciendo un esfuerzo de autocontrol, se obligo a volver la foto de nuevo para convencerse de que su imaginación le había jugado una mala pasada. La foto había cambiado, el hombre que había visto antes ya no estaba.

- ¿Pero que..?. Antes lo vi ¿no?. No me lo he imaginado - desde luego su rato de ocio se estaba convirtiendo en una película de miedo y Raquel era muy miedosa.

Pasado un instante decidió que todo era fruto de su imaginación, el hombre nunca había estado en la foto y ella se había asustado con alguna sombra o brillo extraño o vete tú a saber qué. Decidió que seguiría viendo las fotos de las vacaciones incluso se permitió una ligera sonrisa por lo tonta que a veces podía llegar a ser.

Cogió la siguiente foto. Era de la recepción del hotel donde se habían alojado, un lugar decorado con muy buen gusto que le pareció ideal para una foto. Sin saber muy bien por qué se fijó en la cara del recepcionista. ¡Era el!, y le estaba saludando con una sonrisa de depredador pintada en su cara.

Tiró la foto al suelo. El corazón le latía a toda velocidad, carente de todo ritmo, como si fuera un motor que ha pasado el limite máximo de revoluciones y esta al borde del colapso.

Raquel se quedo de pie con las fotos a sus pies, esperando, paralizada por el terror. Poco a poco las palpitaciones fueron disminuyendo. En su cabeza se cruzaban todo tipo de pensamientos. “¿Por qué tarda tanto Diego?. Son imaginaciones mías . No voy a tocar las fotos hasta que venga Diego y luego me reiré con él”.

Su corazón iba recuperando el latido habitual y en ese momento oyó en un susurro pero claramente – ¿Te gusta mi compañía?. Estarás conmigo toda la eternidad.

Raquel giró bruscamente sobre sí misma, había escuchado la voz como si alguien estuviera situada justo detrás de ella y le hubiera hablado suavemente al oído. Saco fuerzas de flaqueza y consiguió elevar su voz por encima del grado de murmullo - ¿Quién está ahí?. Mi marido vendrá enseguida – la amenaza le pareció absurda incluso antes de terminar de hacerla, hasta le pareció oír un risa ahogada.

Le temblaban las piernas y de nuevo su corazón estaba al límite de su capacidad. Transcurrieron unos minutos. Permanecía de pie en mitad del salón sin saber muy bien qué hacer, todo parecía haber terminado. Se dirigió al baño un poco mas tranquila, quería refrescarse. Encendió la luz, abrió el grifo , se inclinó para mojarse la cara con las manos y cuando levanto la vista hacia el espejo allí estaba el hombre, justo detrás de ella, con la mirada fija en sus ojos.

Chilló con la fuerza de un huracán y luego...

Estaba sentada en el sofá del salón, completamente empapada de sudor, con las fotos entre las manos. Se había quedado dormida. Cuando por fin pudo respirar con normalidad, se levanto, cogió las fotos y sin atreverse a mirarlas las prendió fuego en la pila de la cocina. Después cogió las cenizas y las tiró por la taza del inodoro. Mas tarde pensaría en que le iba a decir a Diego de las fotos.

1 comentarios:

Rojoven dijo...

Hola! soy @Kinzox de twitter. Pues bien, en mi opinión la historia está bastante bien, aunque yo la habría alargado más, que la idea es muy buena y da para mucho. Aunque claro, supongo que la idea es hacerlo lo más corto posible, pero yo siempre me alargo y alargo... como en este comentario... xD Saludos, y buena historia, ahora doy mi opinión sobre las demás.

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